Vegeta, más conocido como el príncipe de los saiyajin y rival del popular Gokú, en cada saga de la entrega Dragon Ball sigue su camino de ser el guerrero más poderoso, sin embargo, su orgullo que lo caracteriza puede volverse una dificultad a lo largo de su entrenamiento, más aún porque su nueva transformación no tiene una “metodología”.
El Ultra Ego de Vegeta
Gokú a lo largo de la trama de Dragon Ball, demostró en el torneo de poder la capacidad de usar el Ultra Instinto, un poder conocido por los ángeles y dioses de la destrucción, quienes se pusieron de pie ante el guerrero saiyajin la vez que lo usó.
Este poder fue dominado por otros ángeles, lo que permite a Gokú seguir aprendiendo las formas de dominarlo, y lograr su mejor estado en la pelea.
Por otro lado, Vegeta utilizó en los últimos números del manga el Mega Instinto, el cual lo intenta dominar mediante un entrenamiento duro, al igual que lo viene demostrando durante la historia de Dragon Ball, como cuando destruyó la maquina de gravedad de Bulma, o viajó al espacio para convertirse en super saiyajin.
Sin embargo, la desventaja de esto a comparación de Gokú, es que es una línea marcada por él mismo, por lo cual no tiene una base de aprendizaje.
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Vegeta hace suyo este nuevo poder
Bills, el dios de la destrucción, le había brindado una idea de qué mentalidad tener para alcanzar su máximo nivel de combate, pero el orgullo saiyajin de Vegeta hace que él piense y exprese que el poder alcanzado es mérito suyo. Sin embargo, en el último manga, Vegeta menciona que su transformación se lo enseño un dios de la destrucción.